Eres una persona de buen corazón.
Haces lo correcto. Piensas antes de actuar. Intentas mejorar las cosas.
La mayoría de las veces, tienes éxito. La mayoría de las veces, consigues lo que quieres.
Pero hay momentos en los que las cosas salen mal, momentos en los que tus buenas intenciones acarrean malas consecuencias, y a veces es difícil vivir con esos momentos.
La verdad es que a veces tenemos que afrontar nuestros errores y aprender de ellos. Tenemos que aceptar la responsabilidad de nuestros actos y afrontar el dolor que conllevan.
No hay una salida fácil, pero si nos esforzamos lo suficiente, normalmente podemos encontrar la manera de perdonarnos y seguir adelante.
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