Es natural dedicar tiempo a preocuparse por el futuro. ¿Qué pasará si no consigo el trabajo que quiero? ¿Y si mi relación no funciona?
Pero la cuestión es que estresarse por el futuro no sirve de nada. De hecho, puede empeorar las cosas.
Cuando nos preocupamos, tendemos a centrarnos en todas las posibilidades negativas. Esto no sólo nos hace sentir mal, sino que también puede llevarnos a tomar malas decisiones. Al fin y al cabo, si solo tenemos en cuenta el peor escenario posible, no es probable que ideemos un plan que nos ayude a alcanzar nuestros objetivos.
En lugar de preocuparte por el futuro, intenta centrarte en el presente. ¿Qué puedes hacer ahora mismo para mejorar las cosas? ¿Cómo puedes prepararte para el futuro de forma que te ayude a alcanzar tus objetivos?
Recuerda que preocuparse no cambiará nada. Pero actuar sí.